1. ¿La Microbiota Intestinal interviene como intermediario en los PMD?Copy
La microbiota intestinal (MI) es la comunidad de microorganismos que habitan el intestino del ser humano, que se comporta como un verdadero ecosistema, donde sus distintos componentes conviven e interactúan en forma armónica entre si y con el huésped que los alberga. Como todo ecosistema depende estrechamente de las condiciones medioambientales en el cual se desarrolla, siendo su alimentación el factor externo más importante.
En los últimos 20 años, merced al desarrollo de técnicas biomoleculares se han podido identificar numerosas bacterias de crecimiento estrictamente anaerobio (sin oxígeno) que anteriormente no se identificaban con los métodos habituales de cultivos bacterianos.
A partir de estos hallazgos, y de investigaciones de Medicina Traslacional, la microbiota intestinal es considerada un intermediario privilegiado y obligatorio entre una alimentación adecuada en estos PMD y la prevención de Enfermedades Inmunoalérgicas (Alergias y Autoinmunes) y Enfermedades Crónicas no Transmisibles (Sobrepeso, Obesidad, Dislipemia, Resistencia Periférica a la Insulina y Diabetes Tipo2), además de intervenir en el neurodesarrollo del niño. (Bhackhed F 2011) (Cani P. 2018) (Douglas-Escobar E. 2013)
Además, técnicas bioquímicas novedosas han permitido definir la actividad metabólica de las bacterias (metaboloma), identificando la producción de mediadores químicos responsables de su relación directa con el ser humano, especialmente los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) y su comunicación bidireccional permanente con el sistema inmune asociado al intestino, dándole a esta relación con nuestras bacterias un rol funcional muy importante, más allá de su mera presencia como “colonizadoras”.
El concepto de “Microbiota Saludable” se basa en estudios epidemiológicos de larga data que demostraban que algunas medidas perinatales (parto vaginal) y de crianza (lactancia materna) se asociaban con una menor incidencia de las patologías mencionadas, mientras que estudios mayoritariamente en animales, pero también en humanos, han demostrado que la MI es uno de los factores responsables principales de esta observación epidemiológica.
La composición de la Microbiota Intestinal, especialmente en la infancia es altamente cambiante y rápidamente modificable, por ejemplo, por la alimentación, siendo por ello complejo definir “disbiosis”, que en términos generales puede ser enunciada como baja diversidad en la composición bacteriana de la misma. (Brussow H. 2020) No obstante, este concepto, asociado a la salud y prevención es relativo en la infancia, ya que, en los primeros seis meses, con lactancia materna exclusiva la MI más “saludable” es con baja diversidad, con predominio neto de bacterias de los géneros Bifidobacterium (90%) y Lactobacillus, que irá modificándose y ampliándose en la medida que progresa la alimentación complementaria. (Selma Royo M. 2018)
Las tres condiciones más favorables para el establecimiento de una “Microbiota Saludable”, donde predominen las bifidobacterias y los lactobacilos, en los primeros momentos de la vida son:
- Embarazo controlado, con un adecuado estado nutricional materno y una dieta saludable durante el mismo.
- Parto a término por vía vaginal
- Lactancia Materna dentro de la primera hora de vida, mantenida en forma exclusiva hasta los 6 meses, acompañada a partir de allí por una alimentación complementaria equilibrada, que contemple los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del niño. (OMS, Sociedad Argentina de Pediatría)
Intentaremos, solamente con propósito de resultar más claros en los conceptos, segmentar la información en 3 períodos temporales de los PMD como son el embarazo, el nacimiento y la alimentación postnatal. :