10. Transmisión Vertical Interna
La presencia de bacterias en contacto con las estructuras fetales y en la interfase madre-feto ha cambiado, como ya dijimos, el paradigma de ambiente uterino estéril, pero todavía no está demostrado que ejerzan algún tipo de efecto fisiológico, por lo cual, al no conocerse específicamente su actividad metabólica, no se puede hablar de un Microbioma Fetal estructurado, metabólicamente activo. (Stinson L. 2019)
Actualmente ha quedado más clara la presencia real de bacterias, merced a métodos de extracción más precisos, kits más controlados, y estudios metagenómicos de alta resolución que permiten discriminar bien el tipo de bacteria encontrada.
La controversia continúa, pues algunos estudios han demostrado que estas bacterias alojadas en las estructuras fetales y en la interfase madre-feto pueden ser metabólicamente activas, ya que se ha comprobado la presencia de AGCC en meconio y líquido amniótico, que es sabido tienen capacidad inmunomoduladora y también en líquido amniótico se han demostrado citoquinas con reconocida actividad Inmunomoduladora.
Estos hallazgos de moléculas activas inmunomoduladoras ofrecen una nueva perspectiva de entender a las bacterias uterinas durante el embarazo como protagonistas en la maduración del sistema inmune innato, hipótesis que deberá ser confirmada ó descartada por nuevos estudios.
También el hallazgo de moléculas inmunomoduladoras generadas en el Microbioma Intestinal Materno abona la hipótesis que la maduración inmunológica del niño comienza en la vida intrauterina.
Toda la hipótesis de colonización prenatal se basa en el reconocimiento de bacterias en tres estructuras, placenta, líquido amniótico y meconio.
En cualquier circunstancia las vías planteadas de acceso de estas bacterias son la ascendente desde la vagina y las vías oro-hemato-placentaria e intestino-hemato-placentaria.
Al momento de analizarse el origen de las bacterias de la placenta los trabajos son poco claros, ya que algunos muestran predominio de bacterias de la microbiota oral materna, mientras que otros establecen un origen predominante de la microbiota intestinal materna siendo la vía entero-hemato-placentaria la propuesta para esta traslocación.
Es de destacar que en el análisis combinado de las bacterias del líquido amniótico y el Meconio se observa una importante superposición de tipos bacterianos, (93 % de las bacterias identificadas) lo cual resulta muy lógico desde el momento que es un hecho totalmente establecido la deglución del feto de Líquido Amniótico a lo largo del embarazo. No es bien comprendido hasta el momento el rol que pueden jugar las bacterias que solamente se identifican en una de estas estructuras y no en ambas. En ambos sitios predominan bacterias de origen vaginal (vía ascendente) y de origen intestinal materno (vía entero-hemato-uterina), pero también están representados distintas cepas de estafilococos y estreptococos.
Más allá del entorno bacteriano en el que se lleva adelante la concepción y el embarazo, resta mucho todavía por saber qué función metabólica e inmunomoduladora pueden ejercer estas bacterias, especialmente en lo concerniente a determinar cuáles moléculas pueden ser responsables de la interacción con el feto.
Los estudios epidemiológicos hasta ahora disponibles se orientan a interpretar que un “entorno bacteriano saludable” durante el embarazo facilita la instalación de un MI más “saludable” en el niño.