5. De la Obesidad a la DM2
La obesidad es una enfermedad crónica inflamatoria relacionada con el exceso de adiposidad. Se desarrolla a partir del incremento de acumulación de grasa corporal disfuncional caracterizada por la inflamacion que debe ser almacenada.
El tejido adiposo es un importante órgano endocrino y metabólicamente activo que almacena energía como grasas de manera eficiente y libera mediadores metabólicos llamados adipocitokinas
La expansión del tejido adiposo sano se produce mayoritariamente por hiperplasia, es decir aumento del número de células grasas a partir de células madre precursoras, con incremento simultaneo de vasos sanguíneos o angiogénesis para abastecer a las nuevas células grasas formadas.
En caso de sobrealimentación crónica y obesidad, los adipocitos aumentan su diámetro, es decir que se sobrecargan de triglicéridos, se hipertrofian, y dado que la vascularización es inadecuada, aparece la hipoxia (bajo nivel de oxígeno) con producción de radicales libres, inflamacion y fibrosis posterior en caso de que la situación sea crónica.
Un último mecanismo para almacenar la grasa en exceso, de no ser posible formar nuevas células adiposas o de haber llegado al máximo la capacidad de depósito de grasa en las células existentes en el tejido adiposo es lo que se denomina depósito de grasa ectópica. Llamamos así al acúmulo de grasa fuera del tejido adiposo, es decir en hígado, musculo, páncreas, riñón, corazón o cerebro. Este último proceso se acompaña de inflamación y fibrosis en el órgano que ha sido invadido por grasa. Esto explica como la obesidad dispara y se asocia a una multitud de enfermedades, todas ellas con un componente inflamatorio.
Cuando se produce una alteración de la MI y la disbiosis típica de la obesidad, se distorsiona la integridad de la barrera epitelial intestinal, se produce translocación bacteriana e inflamación sistémica.
La disminución de microorganismos beneficiosos y/o la proliferación de patógenos, favorece la inflamación crónica o endotoxemia, que favorece la aparición no solo de obesidad sino de sus comorbilidades, como el síndrome metabólico, la DM2, la enfermedad cardiovascular o el cáncer.
El síndrome metabólico (SMet) es una patología inflamatoria crónica causada por predisposición genética y disparada por el acúmulo de grasa en exceso a predominio abdominal. Se relaciona con resistencia a la acción de la insulina. Incluye una serie características como la glucemia elevada en ayunas, la obesidad abdominal, la alteración de los lípidos y la hipertensión arterial. De no ser tratado puede conducir a una serie de patologías cardiovasculares o DM2.
La obesidad es un factor clave para la aparición de SMet y a su vez este precede la aparición de DM2 que se produce con el agotamiento de las células beta pancreáticas productoras de insulina.
Las principales alteraciones en la MI de las personas con MetS consisten en un aumento de la relación de los filos bacterianos intestinales Firmicutes/Bacteriodetes y una capacidad reducida para degradar los carbohidratos a ácidos grasos de cadena corta. xxxvii
La DM2 es una enfermedad asociada a la presencia previa de obesidad en el 90% de los casos. Los adultos con DM2 tienen una composición de microbiota intestinal alterada en comparación con los controles sanos. Sin embargo, no está claro si estos cambios representan una causa o un efecto y requieren más investigación.
Mas allá de la disbiosis y el aumento de LPS, los hallazgos más frecuentes en la DM2 son la disminución de los géneros de Bifidobacterium, Bacteroides, Faecalibacterium, Akkermansia y Roseburia y un aumento de Clostridium spp., Ruminococcus, Fusobacterium y Blautia. xxxviii xxxix xl
En general, la DM2 se asocia con reducción de bacterias productoras de AGCC, en particular, el butirato, que se ha relacionado con la sensibilidad a la insulina. xli
El vínculo entre los AGCC y la sensibilidad a la insulina radica en la capacidad de estos últimos para estimular la secreción de GLP-1 por parte de las células L intestinaleincretina con efectos beneficiosos sobre la función pancreática y la liberación de insulina. xlii
Además de los AGCC, muchos mediadores se han implicado en el papel del microbioma intestinal y el riesgo de DM2. xliii
Es importante destacar que existen cepas de microorganismos que parecen estar asociados a menor peso corporal como la familia Christensenellaceae y los géneros Methanobacteriales, Lactobacillus, Bifidobacterium y Akkermansia muciniphila. xliv xlv