La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. El manejo adecuado de la diabetes es fundamental para controlar los niveles de azúcar en sangre y evitar complicaciones a largo plazo. 

En este sentido, una alimentación equilibrada juega un papel clave, y los lácteos pueden ser grandes aliados en el tratamiento de la diabetes. En este artículo, te mostraremos cómo incorporar los lácteos en las distintas comidas del día para ayudar a mantener una dieta saludable y adecuada para esta enfermedad. 

¿Puedo comer lácteos si tengo diabetes?

Los lácteos, como la leche, el yogur y el queso, son una excelente fuente de proteínas y calcio. Además, contienen un tipo de azúcar natural llamado lactosa. Aunque los lácteos contienen carbohidratos, estos se absorben lentamente en el organismo debido a su contenido de proteínas y grasas, lo que ayuda a evitar picos en los niveles de azúcar en sangre.  

El calcio presente en los alimentos lácteos desempeña un papel fundamental en la regulación de la presión arterial y el metabolismo de la glucosa. 

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¿Qué tipos de lácteos puede haber en un desayuno o en una merienda?

Optar por yogurt natural sin azúcares añadidos y preferiblemente sin grasas para reducir el consumo de calorías, aporta beneficios para aquellas personas con diabetes. También, pueden añadir frutas frescas o frutos secos para darle sabor y textura sin aumentar significativamente el contenido de azúcar. 

Si se prefiere consumir leche en el desayuno, se recomienda elegir leche descremada o baja en grasa. La leche, combinándola con avena o cereales integrales es una buena opción de desayuno saludable y equilibrado. 

Almuerzo y cena: qué tipos de lácteos consumir

En el almuerzo y en la cena, también es importante que una persona con diabetes consuma lácteos. ¿Cómo los puede incorporar? En preparaciones como ensaladas, lasañas, o cualquier plato que se pueda agregar trozos de queso bajo en grasas para obtener proteínas y que aporten calcio al organismo. 

Es importante recordar que, si bien los lácteos pueden ser beneficiosos para las personas con diabetes, cada persona es diferente y puede tener distintas necesidades nutricionales. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud o un nutricionista para obtener recomendaciones personalizadas que se ajusten a las necesidades y objetivos de cada tratamiento. 

Una alimentación equilibrada y consciente puede marcar la diferencia en el control de la diabetes y en el mantenimiento de una buena salud en general. 

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